Bisol

Apenas habían transcurrido 100 años desde que Cristóbal Colón descubriera las Américas cuando la familia Bisol se instaló en la zona de producción de Prosecco, presencia certificada por documentos legales de la República de Venecia. Inicialmente ocuparon un puesto de confianza como administradores de unas tierras pertenecientes a la noble Casa de Pola e Istria, de la familia Sergi, situadas en las colinas de una zona conocida como Chartice, nombre que remite a la actual y autorizada colina de Cartizze. Más de veinte generaciones se han sucedido desde entonces hasta nuestros días, pero el interés enológico comenzó hacia 1875, cuando Eliseo Bisol empezó a comercializar vino de forma próspera. Las adversidades de los años siguientes, la filoxera y la crueldad de la Primera Guerra Mundial nunca rompieron una cadena que tuvo como siguiente eslabón a Desiderio Bisol apodado Jeio (mencionado en muchas etiquetas), quien luego confió la propiedad a sus cuatro hijos. La bodega conserva sus características originales desde que fue excavada en la roca; aquí sólo se guardan botellas de añadas históricas.